lunes, 28 de mayo de 2018

El otro ser, de Arturo Tendero


El otro ser, de Arturo Tendero (Ediciones de la Isla de Siltolá, 2018) es esencialmente un libro hermoso. Un poemario que nos habla de lo prodigioso que se esconde tras lo cotidiano, de lo extraño que habita dentro de lo normal. De la memoria. De lo personal universal. De ese otro ser que es en realidad uno mismo cambiado por los años, un yo que se vuelve reflexivo y que levanta la cabeza hacia el firmamento para recordar la infancia, la juventud, los instantes, el caldofrán, el padre, el abuelo, todo aquello que hace real lo real, todo lo que nos construye.
Arturo Tendero nos tiene muy acostumbrados a oírle hablar de lo cotidiano. Es su forma de afrontar lo eterno, el caos, el vértigo: empequeñecerlo y atraparlo en los conocidos gestos de cada día. Recordar lo que uno fue por si acaso un día el tiempo nos hace trastabillar en la memoria. Saber quiénes fuimos para afrontar quiénes somos. Disfrutar siendo conscientes de nuestra propia finitud. Así encontramos versos como estos: «La rauda eternidad/ se exhibe quieta/ a este humilde mortal/ que la contempla/ sentado en una silla/ de anea en la terraza».
El poeta frente a las cosas enormes con la mirada puesta en lo diminuto. Con cabeza llena de instantáneas del padre, del abuelo, de los caldos que cocinan las mujeres en la casa del pueblo. Las moras y las cajas con viejas fotos. El tiempo implacable. «La ciudad devoró la casa y los abrojos,/ sepultó las moreras/ debajo del asfalto y un dédalo de calles./ Pero el olor a clorofila, a ruinas/ y a cartón sobrevive,/ como si aquellas negras mariposas/ fueran ahora gigantes,/ seres apocalípticos».
En algunos poemas se nos invita a la contemplación de lo pequeño, a la celebración de lo pequeño, a vislumbrar la grandeza que oculta lo pequeño. Las palabras y las costumbres, las escenas del pasado lleno de detalles que uno recuerda por sublimes, esenciales, porque traen el eco de personas queridas que hace tiempo que no están. Y así dice el poeta: «Por eso, cuando ahora/ murmuro “caldofrán”,/ la vida rebobina,/ me veo andando a gatas/ en baldosas marrones,/ se escucha como bulle/ cocido en el puchero,/ siento el aire que mueve/ mi abuela al desplazarse./ Casi puedo tocarla».
El otro ser es también huida de la realidad, una evasión primitiva y necesaria, un «estar en otro sitio/ y al mismo tiempo aquí», un viaje a otras voces y otros cuerpos, a otras lluvias. Una mirada a ese otro ser que se enreda en la realidad a pesar de todo y que constituye una de las caras verdaderas de esto que es la poesía: la capacidad de conocer la arquitectura propia y de contarlo.

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Algunas fotos de la presentación en Albacete de El otro ser, el 23 de mayo de 2018 en Librería Popular:


En la mesa, Ángel Aguilar, Arturo Tendero y una servidora. En la retaguardia, Juanjo Jiménez.
Tradicionales cañas tras la presentación con foto de familia. Un clásico.

jueves, 17 de mayo de 2018

Aullido animal, de Sara R. Cabeza

Sara nos propone en Aullido animal (BajAmar Ediciones, 2017) una experiencia lírica salvaje y contradictoria, enormemente atmosférica y sugerente; un viaje de lo conocido y seguro a lo mítico, de lo propio a lo ajeno; un viaje iniciático hacia la extrañeza.
En Aullido animal se nos presenta un mundo curioso, metafísico, reflexivo. Una visión de los humanos observados por la fauna que los rodea. Sin embargo, Sara no habla solo de animales, de una vida natural mitificada e idílica. No nos retrata un locus amoenus, ni siquiera habla de contemplación en un sentido estoico y ascético. No. Sara, entre sus versos, nos habla de revolución, de golpe, de lucha. De conciencia. De un recorrido vital para romper a golpes las raíces y salir al encuentro de lo desconocido, de todo aquello que es puro, salvaje, extraño. Porque el yo poético encuentra en la naturaleza su identidad verdadera, su hogar real. Porque en la naturaleza el yo poético cura sus heridas, esas que la civilización no ha hecho más que acrecentar.
En la naturaleza, ese yo toma conciencia por vez primera de que en el mundo hay algo torcido que solo se endereza con pelea y evasión. Se trata de un huir para enfrentarse. Y hay que atreverse a ser la bruja loca del bosque, la gata que desde su almohadón niega a Dios, el gorrión que "sabe que todos los humanos/ mentimos con impunidad". Hay que dejar el hogar, lo conocido, la ciudad que sujeta nuestro espíritu, y emprender el viaje personal -liberador y revolucionario- hacia los bosques, los reales y los imaginados. Hay que correr hacia los bosques a reencontrarse con uno mismo. A reinventarse. A ser lo otro. A ser la mantis, el ciervo, las libélulas, el lobo. Ser un extraño en un mundo extraño que uno siente, de alguna manera, como propio. Ser uno más entre árboles e insectos porque "ese bosque era mi casa y no estaba ni en este mundo ni en el siguiente/ al que ahora pertenezco".


IMPULSOS

Las salamandras dicen que nos mueven
o la demencia
o la perversión
o el cretinismo
o quizás el amor.
Y no saben qué sentimiento es el peor.


III

Mientras paseaba,
una cría de gorrión
cayó de un árbol.
Me confesó que 
sus mayores traman,
contra nuestro orden,
una horrible sedición.
Pero, en mis manos,
era como un fruto,
maduro de ceniza.


Algunas imágenes de la presentación de Aullido animal en Albacete, el 12 de mayo de 2018 en Librería Popular.





sábado, 5 de mayo de 2018

Recital poético Albacete/Huelva

El lunes 1 de mayo tuvo lugar uno de esos eventos extraños que le ocurren a una de vez en cuando. Viajar a Huelva a conocer a la gente de Ediciones El Libro Feroz y constatar lo que ya sospechaba: que son enormes. Recitar algunos poemas de Bajo la sombra del árbol en llamas y La danza de la vieja (alguno inédito también) junto a Valentín Carcelén, Francisca Alfonso y José Ángel Garrido Cárdeno en el 1900 Company Bar, frente a un público entregado entre los que estaban Ángeles Mora (la narradora fosca) y Antonio Suárez Muñoz (ilustrador de Nanas para dormir a la luna). Fue, sinceramente, un momentazo.
Libro Feroz, editorial onubense especializada en álbum ilustrado, libro de autor y relatos, iniciaba con El pan vuestro su colección de poesía ilustrada. Hay que decir que Libro Feroz edita de lujo, que Javier Armona y Francisca Alfonso, los editores, son unos fanáticos del acabado perfecto, la tapa dura y los detalles que hacen de sus libros piezas de colección. Merece la pena echarles un ojo.
Os dejo a continuación algunas de las fotos que Javier Armona tomó del recital/ encuentro de poetas de Albacete y Huelva, encuentro que esperamos que vaya creciendo poco a poco. De momento, ellos ha prometido devolvernos la visita.